domingo, 25 de febrero de 2018

La Barba doma a la manada

Victoria número once de manera consecutiva de unos Houston Rockets que marchan de manera imperial por hacerse con el liderato de la conferencia oeste que en estos instantes comparten con los Golden State Warriors. Enfrente tenían un equipo correoso como los Minnesota Timberwolves que marchan cuartos en el oeste muy parejos a los San Antonio Spurs, terceros de la conferencia.
Tras sus dos primeros encuentros, los texanos endosaron en el primero 17 triples de 39 intentos y en el segundo anotaron 10 triples únicamente en el último cuarto. Por lo tanto, el equipo dirigido por Thibodeau plantearía una defensa más centrada en el tiro exterior, y en mi opinión deberían haber hecho una zona 3-2, dejando algo liberadas las esquinas y es un buen planteamiento para controlar el rebote ante Clint Capela, especialista en dicha estadística.
El encuentro fue dominado prácticamente en todo momento por James Harden, artífice de 31 puntos y 9 asistencias, utilizando una de sus armas más letales, el dribbling, para obligar a moverse a la defensa de los Wolves y abrir espacios, para que sus compañeros tengan libertad para realizar tiros cómodamente, y es uno de los principales focos ofensivos de unos Rockets que pueden acabar la temporada con una estadística única en la historia de la liga, y es la de haber intentado al final de la misma, más tiros desde el triple que desde el interior de la zona.
Los Wolves, dirigidos por Karl-Anthony Towns (18 puntos-13 rebotes) y Andrew Wiggins (21 puntos), comenzaron el partido con soltura, con movimiento de balón buscando espacios que provocaban Twons y Gibson en el interior de la pintura, para que Jimmy Butler y Andrew Wiggins busquen el 1 contra 1 con mayor facilidad.
Al descanso los Rockets se fueron con una ligera ventaja en el marcador (54-55), pero dejando mejores sensaciones que unos Wolves que iban a remolque de los locales.
Mike D'Antoni y los suyos decidieron tras el descanso poner una marcha más, y la solidez defensiva unida al buen juego colectivo en el apartado ofensivo, con mucho movimiento de balón buscando al jugador libre en la línea de tres y con acierto desde el exterior, los Rockets consiguen abrir la brecha que no fueron capaces de cerrar los Wolves, que se estaban yendo del partido sobre todo desde atrás, donde se mostraron muy blandos y frustrados en ataque, donde no fluía el balón y no encontraban manera de meter mano sobre la defensa de los de Texas.
En el último cuarto, tras la lesión de rodilla que sufrió Jimmy Butler, líder de los Wolves, se le acabaron las ideas al equipo de Thibodeau y trataron de tirar del carro Wiggins y el veterano Jamal Crawford (14 puntos), pero de manera muy individual y a un equipo tan rocoso como los Rockets no es suficiente para frenarlos.

























Mi opinión acerca de ambos equipos difiere mucho, si es verdad que el equipo texano se encuentra mucho más consolidado, con las ideas muy claras y con grandes aspiraciones en la liga. En cambio los Wolves se encuentran en el final de su construcción como equipo, y posteriormente comentaré lo que les hace falta para dar ese salto de calidad que le establezca al nivel de los Rockets.
James Harden es actualmente el mejor jugador de la conferencia oeste a mi parecer. Ejerce como líder de un equipo que se ha adaptado a él, juegan como lo establezca y cada uno sabe cuál es su papel y lo asume correctamente. La fluidez ofensiva pasa por las habilidades con el balón del 13 de Houston, en la mayoría de situaciones ofensivas es imparable y su defensor necesita ayuda para tapar los huecos que genera, provocando liberación en sus compañeros, los cuales se quedan tras la línea de tres y con un gran porcentaje de efectividad este año (36.3%). D'Antoni ha dejado claro el modo de juego de su equipo, solidez ofensiva, varias ocasiones en zona y tratando de desplazarse lo menos posible, aprovechándose de las ayudas, y el juego exterior como principal arma ofensiva de un equipo que cuenta con numerosos jugadores especialistas en ese apartado. Conclusión: un equipo que lidera la NBA (45-13) y que ha establecido un "Big three" con Chris Paul-James Harden- Clint Capela, con los que han ganado 28 de 29 partidos en los que han participado juntos. Van a ponerle las cosas muy complicadas a los actuales campeones, los Golden State Warriors.
Los Wolves, en cambio, me dejan un amargo sabor de boca. Equipo blando en el que Wiggins me parece que se siente algo intimidado por la sombra de Butler, cuando deberían aprovecharse como compañeros y junto a Towns establecer su propio "Big three", que de momento les ha llevado a la cuarta posición del oeste. 
Ofensivamente, una diferencia que encuentro entre Harden y Wiggins y que debería reflexionar éste último es que cuando Harden penetra y le defiende más de un jugador, al no tenerlo claro, mueve el balón hacia el compañero desmarcado, en cambio Andrew busca forzar la falta y pocas veces acaba en canasta, no ayuda al movimiento de balón que le falta al equipo.
Los Wolves con Jeff Teague pierden mucho en el puesto de play-maker, no mueve el balón, da pocas asistencias y debe buscar más el juego colectivo más que el individual, fluidez en ataque que evite estancarse como ocurrió sobre todo en la segunda parte frente a los Rockets.
Por último, para que los Wolves den ese salto de calidad que les haría subir un escalón con los mejores de su conferencia, deben focalizarse en tres puntos: Mayor fluidez ofensiva, dar mayor número de asistencias, que se mueva el balón colectivamente y dejar en segundo plano las acciones individuales. Falta solidez defensiva, es un equipo muy blando, y sorprende más teniendo a Thibodeau como entrenador, conocido por la férrea defensa de los equipos por los que ha pasado. Y en último lugar, pero no menos importante, es complicado llegar al punto al que desean con un escaso fondo de armario. La segunda unidad de los Wolves proporciona escaso repertorio para cambiar situaciones negativas del encuentro, y ante la falta de ideas o atasco ofensivo, el banquillo es un elemento crucial que debe revolucionar un partido en esas circunstancias, y en éste partido a Minnesota podría haberle dado oxígeno y darle la vuelta a la situación.
Espero que os haya gustado la crónica y análisis de ambos equipos y nos vemos mañana con un trepidante partido entre los Golden State Warriors y Oklahoma City Thunder, ¿posible final de la conferencia oeste?.
Marcos Antón Riobóo.



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