jueves, 19 de abril de 2018

El talento de los Jazz puede con la experiencia de los Thunder

Segunda jornada de playoffs, en la que nos desplazamos al encuentro disputado en el Chesapeake Energy Arena, de Oklahoma, para el encuentro que enfrentará a los Oklahoma City Thunder y a los Utah Jazz.


El encuentro se lo llevaron los Jazz por 102-95, e igualan la serie 1-1 para volver a Salt Lake City con el factor cancha a favor.
Se esperaba un encuentro parejo, en el que los Oklahoma City Thunder cuentan con el que, para mí, es el factor que va a determinar la serie y comentaré más adelante: la experiencia de su plantilla.

PRIMERA PARTE

El partido comenzó con un toma y daca constante entre ambos equipos, donde Utah mantuvo la ventaja por ser más regular en el apartado ofensivo y la solidez defensiva que les caracteriza.

Uno de los factores determinantes en la ventaja que consiguieron los Jazz fue el rebote. Al final del primer cuarto, Derrick Favors llevaba 9 puntos y 7 rebotes (5 ofensivos), y ni Steven Adams ni Carmelo Anthony podían detenerle en la pintura.

Pese a ello, los OKC, liderados por Paul George y Carmelo Anthony, trataban de mantener el pulso a los Jazz, apretando en defensa y abarcando el juego ofensivo de su equipo.

Especialmente Paul George tiene un toque especial cuando llegamos a la postemporada. Promedia casi 20 puntos y 8 triples por partido en PO, y en el primer partido se fue hasta los 36. Viendo como se desarrollaba el partido, el segundo choque parecía destinado a una nueva actuación estelar del escolta de Los Ángeles, indefendible para Mitchell y Favors.


SEGUNDA PARTE

Tras una primera parte donde la defensa y el juego colectivo de los Utah Jazz mandaba en el marcador (46-53), la segunda se focalizó en un punto: la experiencia de los Thunder.

Con un parcial de 19-0, los de Billy Donovan dieron la vuelta al marcador, y poco les faltó para acabar con el partido. La perseverancia ofensiva de Paul George, con la muñeca caliente se convierte en un auténtico killer y lo demuestra en momentos importantes como éste; los movimientos típicos de Carmelo Anthony, totalmente imparable para la defensa de los Jazz, que comenzaba a aflojar y a quedarse sin ideas ante el acierto de los locales, unido a la aparición en escena del líder Russell Westbrook, comandando el ataque de su equipo, acabo por dar la vuelta a la tortilla y apretando en defensa, dejaban sin ideas a los Jazz, que poco faltó para que bajaran los brazos.

Pero apareció en escena en el momento más importante. El jugador franquicia de los Utah Jazz, Donovan Mitchell, estaba prácticamente desaparecido en el encuentro. Se le notaba desquiciado con la defensa de los Thunder, sintiéndose intimidado por Paul George y Russell Westbrook, sin poder frenar sus ataques.

Pero apareció cuando su equipo le necesitaba. El escolta de los Jazz anotó 13 de sus 28 puntos en el último cuarto. Activó el "modo clutch" y desatascó a su equipo del entramado defensivo de los Thunder. 

Con Steven Adams expulsado por faltas al final del partido, los Jazz dominaban el rebote, otro factor clave para hacerse con el partido (56-46 ganó en rebotes). 

Los Thunder se quedan sin ideas en ataque, gracias en parte a la gran red defensiva montada por los de Quin Snyder, y el rookie Donovan Mitchell se encargó del resto junto a su socio en pista Ricky Rubio, infalible desde la línea exterior y manejando el timón de su equipo (22 puntos, 7 rebotes y 9 asistencias).

Partido mucho más completo de los Jazz, que a lo largo de un partido, la consistencia juega un papel fundamental, en este caso decidió el partido para los visitantes, llevándose la serie a su cancha para tratar de dar la sorpresa ante los hombres de Westbrook.


CONCLUSIONES DEL PARTIDO

Varias son las resoluciones del choque entre Jazz y Thunder, que probablemente acaben llevando la serie hacia un terreno, que, en mi opinión, va a acabar del lado de los de Oklahoma, especialmente es la experiencia en postemporada de la plantilla de Billy Donovan.

Carmelo Anthony ha tenido 10 apariciones en playoffs en la NBA, además de manera consecutiva (2004-2010 con Denver, 2011-2013 con New York), y es un jugador bastante consagrado en la liga, pese a no haber ganado nunca un anillo, sabe jugar éste tipo de partidos.

Paul George ha jugado 6 temporadas en PO, siendo el líder de Indiana en aquella etapa, y siendo realmente letal en postemporada, sacando su mejor versión.

Y Russell Westbrook lleva 7 temporadas jugando playoffs con los OKC, llegando a unas finales, siendo un hombre bastante curtido en las eliminatorias.

El factor que juega a favor de Utah Jazz es su estilo de juego. Quin Snyder plantea una fluidez en el juego colectivo que hace un baloncesto atractivo, muy similar al de los Celtics de Brad Stevens.

En el otro lado de la cancha, la defensa férrea es una seña de identidad de éstos Jazz, defendiendo con los brazos en alto, tapando líneas de pase, frenando así las transiciones y ataques fluidos y haciendo un juego más estático, donde se sienten cómodos desde el orden y la posición.

 Estamos ante uno de los equipos que más balones roba en la liga, junto a Indiana Pacers, los que utilizan una técnica similar de defender con los brazos en alto para tapar dichas líneas de pase entre los atacantes.

En mi opinión, la experiencia es un factor determinante, que en el tercer cuarto dejó evidencia de la relevancia, además del primer partido de la eliminatoria. Si Oklahoma City Thunder lo emplea adecuadamente, añadiendo solidez en ambos lados de la cancha, para mi deberán pasar de fase a semifinales de conferencia.

Pero delante tienen a uno de los mejores jugadores de la liga, metiendo 27 puntos por partido en la eliminatoria y que venderá bien cara su piel y la de su equipo.



jueves, 5 de abril de 2018

Ha llegado la hora de Sylven Landesberg

En el baloncesto hay diferentes tipos de jugadores que simpatizan con su afición. Jugadores con carisma, anotadores compulsivos, defensores tan impenetrables que parecen muros, "dunkers" que destrozan el aro rival. Aquellos jugadores que provocan nuestra alegría y ganas de saltar del asiento del pabellón para corear su nombre.
Después de casi toda una vida abonado al Club Estudiantes, he visto a jugadores que se han ganado un hueco en nuestros corazones colegiales: Pancho Jasen, Nacho Azofra, Will McDonald, Marlon Garnett, Petar Popovic, Nik Caner-Medley, Diamon Simpson, Nacho Martín, Edwin Jackson, y un largo etcétera.
En la temporada 2017/18, después de 15 de mis 22 años abonado al club del Ramiro, un jugador me ha vuelto a enamorar, nos ha vuelto a enamorar, actuación tras actuación cada domingo, donde lo deja todo para llevar a su equipo a lo más alto posible. No es otro que el hombre de moda en el baloncesto español, Sylven Landesberg.


Origen

La filosofía de vida y los orígenes del alero del Estudiantes le han llevado, ya no sólo a ser el jugador que es, sino la persona que está fuera de las canchas y sin un balón en las manos.

Desde sus abuelos, que lucharon por huir de la Alemania nazi, siendo judíos de origen austríaco y polaco, y de padre neoyorquino, denominado por él mismo como "el típico judío neoyorquino", y su madre procedente de Trinidad y Tobago.
Sylven Landesberg nació en Nueva York en una familia de numerosas nacionalidades en las que el racismo está a la orden del día, y es algo con lo que éste jugador lucha por finalizar. En una entrevista realizada a Movistar plus, Sylven Landesberg muestra la clave que da lugar al racismo: la ignorancia, haciendo ver al mundo lo que está provocando y la manera de erradicarlo.

Nueva York

Nacido el 10 de abril de 1990 en Nueva York, Sylven Landesberg aprendió a ser un jugador fuerte, duro, con carácter y agresivo en ambos lados de la cancha.
Para Landesberg, haber nacido en Nueva York te permite jugar contra rivales que suelen ser más fuertes y con mayor calidad que tú. Vas a aprender lo duro que es conseguir ser el mejor, querrás luchar por ganar cada partido, cada torneo, y pasar por encima de cualquiera.

Landesberg creció en el barrio de Queens, donde se juega uno de los torneos más importantes de Nueva York, donde el slogan es "trae tu juego, no tu nombre". Un torneo que han jugado celebridades como Dwight Howard o LeBron James, y jugadores con menos reputación tratan de humillarte en la cancha, sin importar quien seas y de donde vengas. Es su estilo de vida.

Uno de los factores que provocó que Sylven fichase por el Estudiantes es Omar Cook, pese a que no le conocía personalmente. En más de una ocasión Landesberg cuenta la historia del "sheriff" del Club Estudiantes, afirmando que cuando creció en Nueva York, Omar Cook era un referente para todos aquellos jóvenes que nacieron allí. Se labró un nombre en la ciudad, y cuando oían que Omar estaba en un pabellón, eras consciente de que el recinto iba a estar lleno. 
Según Landesberg, en Nueva York hay una larga tradición de jugadores como Lance Stephenson, Kemba Walker, Lamar Odom, Ron Artest... pero el original era Omar Cook, aquel al que toda la ciudad involucrada en el mundo del baloncesto le respetaba y admiraba.

Maccabi

El neoyorquino llegó a Israel en el año 2010, donde comenzará su andadura profesional. 
Firmó por el Maccabi Haifa,donde llegó a promediar 20.7 puntos y 5.4 rebotes por partido.
Pero no fue hasta 2012, momento en el que es traspasado al Maccabi Tel Aviv, donde comienzan los triunfos colectivos para Landesberg. En 2014 llegó a conquistar la liga israelí y la Euroliga, en la que venció a su actual rival en el derbi de ACB,el Real Madrid.

Un equipo muy sólido tanto en liga como en Euroliga. Un lugar idóneo para sacar tu potencial y diferenciarte para ser uno de los mejores jugadores de Europa. Y ahí llegan los problemas.
Sylven Landesberg ha confesado que el papel que tenía en el Maccabi no era el que deseaba, no quería ser un hombre de segunda unidad. Desde que llegó al conjunto israelí le pusieron en una burbuja, y se sentía atado. Todo el potencial que está demostrando actualmente no podía exponerlo en aquel equipo, se sentía cohibido.
Después de no poder sacar todo el baloncesto que un chico de Nueva York tiene en sus venas, decide salir de ahí, poniendo rumbo a la mejor liga de Europa.



Movistar Estudiantes

Gran parte de culpa de que Sylven Landesberg firmase el pasado verano por Movistar Estudiantes es Nik Caner-Medley, ex-compañero en Maccabi, con el que actualmente guarda una gran relación, siendo como un hermano mayor para él, afirma el alero del conjunto colegial.
Cuando Nik se enteró de la posibilidad de que el Estudiantes estaba interesado en Sylven, no dudó en llamarle para convencerle. 
Es la mejor liga después de la NBA, en un equipo donde será el líder y podrá sacar todo su potencial, que es su principal objetivo, además de ser una gran ciudad donde vivir, además de contar en la plantilla con Omar Cook, base que admiraba desde que era muy joven, le llevaron a decantarse por el Estudiantes y desembarcar en la liga española.
Es en éste equipo donde Sylven Landesberg ha encontrado el ambiente para sacar su mejor versión como jugador de baloncesto, donde se encuentra la base del éxito: la confianza.
El entrenador cree en él, y sus compañeros también, centrando la estrategia del equipo sobre él, buscando el progreso diario, que le llevan a ser el máximo anotador de la Liga Endesa, con 21.2 puntos por partido, y dejando una serie de actuaciones estelares.

Para muchos, incluyéndome entre ellos, veíamos en Sylven Landesberg la oportunidad de ocupar el vacío que dejó en el equipo la temporada pasada Edwin Jackson, máximo anotador y jugador más valorado de la temporada pasada, pese a que no fue elegido como MVP, para mi de manera algo injusta. 
Me preocupaba que se le diese tanta presión a un jugador que comienza su experiencia en España. Pero no sabía lo suficiente de él, está acostumbrado a este tipo de presión, y la confianza en sí mismo hace que sea capaz de canalizarlo.

Sylven Landesberg es un jugador exigente, con ganas de ser mejor jugador cada día que pasa, cada tiro, cada entreno. Gran seguidor de Kobe Bryant, trata de asemejar su mentalidad con la de "La Mamba", para sacar siempre lo mejor de él.

Todos los atributos que hemos analizado de Landesberg han acabado por conocerlas en el mundo entero, después de su actuación el pasado domingo frente al Barcelona Lassa, en la que ganó Movistar Estudiantes por 95-100. En un encuentro para el recuerdo, Sylven anotó 48 puntos (8/11 en triples y 15/22 en tiros de campo), 5 rebotes, 3 asistencias y 9 faltas recibidas para hacer 52 de valoración, lo que le llevó a ser el tercer máximo anotador en un único partido de la historia del Estudiantes y de la ACB.


Fue una actuación que maravilló al mundo del baloncesto, recibiendo elogios de todo el mundo. A todo el mundo le sorprendió, excepto a él.
Hubo un momento, en el tercer cuarto, donde Landesberg falló dos triples en los que Kopponen le hizo falta, y le cambió la mentalidad. Sacó la agresividad con la que se curtió en Nueva York, y le daba igual a quién le pusieras delante, iba a encestar todo aquello que pasara por sus manos.
Todo el trabajo que hay detrás de aquel partido, la confianza en si mismo, el potencial que tiene, y su ambición por ser mejor cada día hacen que Sylven Landesberg sea un jugador que marca la diferencia, y tiene partidos en los que explota como el último, pero que no le sorprenden, sabe hasta donde puede llegar, y ahí esta la clave de todo, que no se pone límites y puede llegar donde se proponga.
Disfrutemos de Sylven Landesberg el tiempo que siga en Movistar Estudiantes, y esperemos, como aficionado colegial, que sean por muchos años.